A los diecisiete dijeron que era muy joven para pensar
A los veinte que sólo debía trabajar
A los veinticinco que ya debía pensar en casarme y
sentar cabeza
A los veintisiete que era muy viejo para chiquilladas
Como pensar en Dios y esas cosas
Y a pesar que nunca celebré navidad ni año nuevo
Me encerraron en un manicomio para desadaptados
sociales
Escape de la locura y me así al botón de una rosa
Me oculté de las sombras, cerré las bocas de las
cuevas,
Y comencé a vivir bajo la palabra de un ser lleno de
amor,
Era la vida verdadera: el aroma perpetuo del amor
sincero de los niños.
Que DIos los bendiga.