29 de enero de 2012

10 mentiras acerca de Dios. Mentira 4: Dios creó al diablo.



Muchas personas creen en la existencia de Satanás el diablo. Saben que es un ser poderoso que dirige un mundo espiritual lleno de maldad, con ángeles rebeldes llamados demonios. Pero, muchos también entienden que es una creación de Dios Padre. Y esto no es así. Jehová jamás creó al diablo. Él jamás se relacionaría con algo injusto (Salmo 11: 7) o impuro (Éxodo 3: 5) porque él es Santo (Revelación 4:8).
Al principio, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y estableció con él una relación filial, por lo que Adán fue llamado hijo de Dios (Lucas 3: 38) Un ángel poderoso, un querubín, fue designado para cuidar a esa joven pareja: “En Edén, el jardín de Dios, resultaste estar (...) Tú eres el querubín ungido que cubre, y yo te he colocado a ti. En la santa montaña de Dios resultaste estar. En medio de piedras de fuego te paseabas” (Ezequiel 28: 13-14). Y más adelante nos da la razón por la cual este ángel bello y poderoso fue retirado de esa posición: “Estuviste exento de falta en tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló injusticia en ti (...) Tu corazón se hizo altivo debido a tu hermosa. Arruinaste tu sabiduría por causa de tu radiante esplendor” (Ezequiel 28: 15, 17).
Como vemos, Jehová Dios no lo creó imperfecto e injusto, sino que lo dotó de muchas cualidades que eran como un tesoro (Ezequiel 28,13), pero un deseo intenso surgió en su corazón, un deseo que no desarraigo sino que lo dejó crecer hasta convertirse en pecado, como se describe en Santiago 1, 14-15: “(...) cada uno es provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado; a su vez, el pecado, cuando se ha realizado, produce la muerte” De esta manera, este ángel rebelde se hizo a si mismo Satanás, que significa resistidor u opositor, porque cedió al mal deseo que había surgido en su corazón. 
¿Y por qué Jehová Dios no evitó que eso sucediera? ¿No sabía Él que este querubín tenia un mal deseo en su corazón? Imagínate un padre que conoce la mala tendencia de su hijo, quizá él puede brindarle consejo, pero ¿puede obligarlo a hacer lo que no quiere? Esto sería privarle de uno de los dones más hermoso que Dios otorgó al ser humano: el libre albedrío.
El término libre albedrío significa: “Potestad de obrar por reflexión y elección.” (Diccionario Encarta). Por lo tanto, Jehová Dios permitió que aquel querubín tomara su decisión, al igual que permite que cada uno de nosotros elija libremente nuestras acciones y seamos responsables de las consecuencias que eso conlleve.
Por eso, no debemos pensar que Jehová ha creado al diablo, sino que fue un ángel poderoso, un querubín, quien se hizo a si mismo Satanás o resistidor.

Que el espíritu de Dios este sobre cada uno de ustedes.

25 de enero de 2012

Sobre la pronunciación del nombre de Dios


Tomado de un comentario de Francisco Jimenez, al artículo "El nombre de Dios: ¿Jehová o Yavéh?" (http://infocatolica.com/blog/infories.php/el-nombre-de-dios-ijehova-o-yahve)

El profesor Gérard Gertoux explica en el sitio http://gertoux.onine.fr/divinename /faq/ question.htm.

Pese a que este tema no trata sobre ninguna creencia de los testigos de Jehová, este es un comentario muy interesante sobre la pronunciación original del nombre de Dios. Aunque la primera aparición de la forma "Jehová" (lehovah, en latín) pertenece al libro "Pugeo Fidel", del dominico español Raymundus Martín, el profesor Gertoux piensa que la pronunciación original posiblemente fuese algo así como "Yehováh”.

El nombre de Dios suele considerarse algo fundamental é imprescindible para todas las religiones monoteístas, pero hay controversia sobre su pronunciación. Sin embargo, la clave para desvelar el misterio, la proporcionó el famoso Maimones hace 800 años, cuando escribió que el Nombre "se lee como se escribe”. La singularidad empieza y termina aquí con estas intrigantes palabras...

"Santificado sea tu nombre" es la primera petición para los cristianos en el Padrenuestro que Jesús enseñó (Mt. 6:9) Los judíos cantan: "en ti se regocijen los que aman tu nombre", cuando cantan los salmos de David. (Sal. 5:11) "Los corazones de tos humildes tiemblan cuando se menciona el nombre de Dios" es lo que dicen los musulmanes cuando recitan ciertos suras del Corán (22:35).

Paradójicamente, las religiones prefieren traducir el nombre de Dios como Yahweh: “Él es”, Adonaí: "mi Señor”, Allah: “El Dios”, etc., en vez de transcribir el nombre, que es más usual.

Hace ocho siglos, el famoso talmudista, Moisés Maimones, llegó a la conclusión correcta: no hay ningún misterio místico, pues el nombre de Dios se pronuncia simplemente como se escribe, es decir: Y-H-W-H = I-eH-U-A, del mismo modo que: Y-H-W-D-H = I-eH-U-D-A. = (Judá)

Para comprender este punto elemental, fue necesario examinar cuidadosamente los innumerables errores que se han acumulado durante al menos veinte siglos. El primer don que recibimos es nuestro nombre. El último recuerdo que permanecerá mucho tiempo después de nosotros, grabado en piedra, es nuestro nombre. Un cheque sin firmar no tiene valor; por tanto nuestro nombre es importante, ¿verdad? Desde un punto de vista emocional, esto es cierto; cuando uno quiere conocer a alguien, la primera pregunta es: "¿Cómo te llamas?". Sin embargo, algunos rehúsan aplicar lo obvio a Dios.

Dios tiene un nombre distintivo y personal. La Biblia lo afirma y todas las religiones lo reconocen; entonces, ¿por qué tan pocas personas lo conocen? Los teólogos suelen replicar que, o bien este nombre es demasiado sagrado para usarlo, o bien que Dios quiere ocultarlo, o que no tiene importancia.

Pero en la Biblia, el único personaje religioso que declina sistemáticamente usar el Nombre es Satanás. Cuando Jesús debatió con el, la discusión fue esclarecedora, pues Jesús utilizó el Nombre, y Satanás solo el título anónimo "Dios". (Mateo 4:1-11) No es nuevo el antagonismo entre los que evitan el nombre de Dios (Jeremías 23:27) y los que aceptan su uso. (Jeremías 10:25) Conocer el nombre de Dios es esencial para la salvación, según la Biblia ([Jl 2:32]; Romanos 10:13).

En la traducción de C. Tresmontant (católica) se lee el nombre yhwh. En la de A. Chouraqui (judía) IhvH y en la de J.N. Darby (protestante) Lord. (Señor), es decir, Jehová, según la nota de Mateo 1:20)
Para empezar, escribir el nombre de Dios no es un problema: está compuesto por las cuatro letras YHWH, lo que se denomina Tetragrámaton.


¿Cómo se pronuncia ese nombre? Los diccionarios y enciclopedias indican que Yavé (o Yahweh) es una pronunciación no muy clara, y que Jehová es un barbarismo que proviene de una lectura errónea. Por increíble que pueda parecer, entre los expertos se sabe que esta última afirmación es falsa. Este burdo error ha sido denunciado por hebraístas de todas las confesiones, y con el apoyo de la congregación de propaganda del Vaticano, pero sin resultados.

Este nombre YHWH se lee sin dificultad porque se pronuncia como se escribe, o de acuerdo con sus letras, como dice el Talmud. De hecho, hasta el año 70 E.C., el día de Yom Kippur el sumo sacerdote leía las bendiciones de Números 6:24-27 pronunciando YHWH de acuerdo con sus letras, es decir, como se escribe.

De hecho, este nombre es el más fácil de leer de toda la Biblia, pues está formado por cuatro vocales, como señaló Flavio Josefo.

La cuestión de saber qué vocales acompañaban a las letras YHWH es absurda, pues las vocales masoréticas no aparecieron antes del siglo VI d.C.

Antes de esto, los nombres hebreos se vocalizaban con las tres tetras Y, W, H, como confirman ampliamente los manuscritos de Qumrán, la tetra Y se leía I (o E), la tetra W: U (u O) y la tetra H: A al final de palabra.

Por ejemplo, YH se leía IA, YHWDH se leía DHUDA. (Judá) El nombre YHWH por tanto se leía IHUA. (Ihoua)

En cuanto a la H, que era casi inaudible, se te podía añadir una e para que se oyera mejor, de modo que el nombre YHWDH que se leía literalmente I-H-U-D-A, pasó a leerse I-eH-U-D-A, el equivalente exacto del nombre hebreo Yehudah. (Judá)

Este ligero avance da al nombre YHWH la pronunciación I-eH-U-A (lehoua), el equivalente de YeHoWaH en la puntuación masorética. Esta coincidencia es notable, incluso providencial para aquellas que creen que Dios cuidó de su Nombre (¡obviamente sin saberlo los copistas!).

¿Pronunciaba Jesús el Nombre? Puesto que denunció vigorosamente las tradiciones humanas que anulaban los mandatos divinos, (Mateo 15:3) no parece probable que siguiera la costumbre no bíblica de no pronunciar el Nombre.

Al leer en la sinagoga (Lucas4:16-20) el texto de Isaías, (Isaías 61:1) se encontró con el Tetragrámaton. Incluso aunque la versión que utilizó fuese la Septuaginta, esta traducción contenía el Nombre, (no la palabra Señor) como se comprueba en todas las copias fechadas antes de 150 E.C.

De acuerdo con el texto masorético, en esta época, todos los nombres que incluían parte del Tetragrámaton en su comienzo se pronunciaban sin excepción YeHÓ-. Por tanto, ya que el Tetragrámaton es la base de estos nombres, su lectura debe ser Yehd-aH (Judá) para ser coherente con todos los nombres que incluyen parte del mismo. (YHWH puede leerse YHW-H)

5 de enero de 2012

Mentira 3: Dios no tiene nombre.

        ¿Te has preguntado alguna vez si el Ser que creó todo cuanto existe tiene un nombre? Y si lo tiene ¿Cuál es? Seguramente para Usted como par la mayoría de las personas que buscan una respuesta a porque hemos llegado a existir, les interesa sinceramente develar tal cuestión.
Recordemos que la oración más completa que ha existido es el “Padre nuestro”, el cual dice: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado se a tu nombre (...)” Y en otra parte de la Biblia, la palabra inspirada de Dios, manifiesta: “Y yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer (...)”. Vemos entonces que Dios posee un nombre. ¿Y cuál es entonces el nombre de Dios? ¿Alguien ha llegado a conocerlo? Claro que sí.
Fue el propio Dios quien revelo su nombre a su fiel siervo Moisés cuando dijo, ante una pregunta de este sobre que le diría a su pueblo si le preguntan por el nombre de Dios: “Ante esto, Dios dijo a Moisés: Yo llegaré a ser lo que yo quiera” (Exodo 3, 14). Este nombre es una variante del hebreo hawah que significa “llegar a ser” , de ahí que el nombre de Dios sea YHWH (Yave)o IHVH (Jehová). Incluso en Isaías 42, 8, menciona: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre”. Y más adelante señala: “Tu, oh Jehová, eres nuestro Padre” (Isaías 63, 16) Y cuando el rey David oró a Dios, lo hizo así: “Muéstrame favor, Oh Jehová”. Y cuando Ana, la que sería madre del profeta Samuel, oró haciendo un voto, dijo: “oh, Jehová de los ejércitos” (1Samuel 1,12) Y Moisés recomendó a su pueblo: “Y tienes que amar a Jehová tu Dios” Y Jesús, al rechazar la tentación de Sátanas, expresó: “Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar” (Mateo 4,10).
Por lo visto, Dios tiene un nombre y quiere que lo utilicemos de manera digna, dirigiéndonos a Él para así estrechar nuestra relación con el maravilloso creador del universo. ´

Que Jehová Dios los bendiga.