3 de enero de 2013

CONFESIÓN AL SEÑOR DIOS JEHOVÁ

Tu sabes que yo te necesito siempre, que estoy pendiente de ti. No sé como es adorarte dentro de una religión porque no pertenezco a ninguna. Y no sé si es lo correcto, pero es mi forma de adorarte, mi manera - tan mía - que a veces me parece un poco de soberbia; y no quiero que Tú creas que esto lo hago a propósito  sino que discrepo de todas las religiones. Leo tu palabra y siempre encuentro algo diferente a todo lo que me enseñan. No hay concordancia total. Pero no quiero que creas que no quiero estar contigo. Renuncio a la religión pero nunca a ti, Dios Todopoderoso (no estoy loco para alejarme de ti, ni soy un idiota) Escúchame, Señor, no hay otro Dios más que Tú, que nunca tuviste principio ni tendrás final. Llevo mis dudas a cuestas y a pesar de ellas siempre te oro, te alabo, porque esto está mas allá de mi propia voluntad. Es una necesidad vital, como respirar, como soñar, como despertar del sueño. Estar contigo es como andar despierto, en plenitud de mis facultades. Y estar lejos de ti, es andar en la selva dantesca, perdido en medio de la oscuridad. No hay otra fuerza que pueda ayudarme a andar. Tú lo eres todo. Y espero que me ilumines y me hagas saber si lo que estoy haciendo esta bien. Pero, recuerda Dios Misericordioso, Bueno y Bondadoso, Tú estas por encima de todo y todos. 

Bendito sea tu nombre y bendice a todas las personas de buena voluntad.