¿Dónde uno
puede estar mejor? Sin duda, la
respuesta es en el pueblo de Jehová. Y más precisamente entre los brazos de Jehová, cobijado bajo sus alas (salmo 91:4) Sé que al haber leído
la cita del salmo, que esta entre paréntesis, muchos pensaron que este era un discurso
basado en la Biblia, pero no es así. Esta no es sino la apertura de un corazón
agradecido por la
misericordia y la
bondad del gran Dios Todopoderoso, Jehová. Es cierto que son muchas las
características bellas y particulares de este Dios grandioso. Características
que dejan perplejo a más de uno, confundidos a varios cientos.
Tal vez
debería aclarar esto: Dios es bondadoso y las millares de atrocidades que se ven en el mundo, no son culpa de Jehová. Él es bueno hasta la médula y todo lo que él hace, lo hace guiado
por el amor. Quisiera extenderme en defender este punto, pero, por ahora, no lo
haré, pues ello se irá entendiendo poco a poco, a medida que dé testimonio pues
quiero contar fragmentos de mi
vida como testigo de
Jehová y como esta relación
personal, amorosa y bella que tengo con Jehová traza cada uno de mis días. No
se piense que es egolatría el que yo me declare su testigo. En realidad, soy Testigo de Jehová, como lo
fueron miles antes que yo, como lo fue Abel, Abraham, Noé, Jonás,
Elias, Jesús (el mayor de todos los testigos), Pedro, Pablo
y todos ellos. En realidad, es un orgullo, no del pecaminoso orgullo
de Satanás, sino del orgullo que siente Pablo, (2 corintios 7:4)
pues es un honor hablar, dar testimonio de Jehová Dios. Él es tan bueno...
que es algo cruel todo lo que se dice de él. Acusaciones
injustas.
Si bien es
cierto tenemos el derecho de conjeturar, desentendernos muchas veces, de todo
lo que pasa mas allá de nosotros mismos, también tenemos un deber, si es que hay
uno más grande que este, y es
buscar siempre la verdad, no andar a ciegas por el mundo.
Ahora mi
esposa me llama. La veo acomodar la habitación mientras escribo estas lineas.
Tiene razón. Es tarde. A descansar en este lado del mundo, bajo una luna que
brilla en unas pupilas caramelo.
(Lo más
hermoso de ser Testigo de Jehová, es que Él siempre se alegra de
que demos testimonio de cualquier modo que podamos de que Él, nuestro
amado Jehová es el Dios Feliz (1 Timoteo 1:11) )