4 de mayo de 2013

Un mundo sin Dios.



     En el mundo actual es difícil hablar de Dios  Decir "yo creo en Dios"  es condenarse al suplicio de la murmuración y la indiferencia. Los que te escuchan te dicen que esas son creencias, mitos, que ya se deberían dejar atrás; mientras otros solo te escuchan por compromiso. Pero hay un resto de personas que se han cuestionado la vida sin Dios, sin esperanza en el ser supremo que gobierne sus vidas. Y es que ¿realmente puede el hombre decidir que es lo bueno y malo? ¿Puede el ser humano, con tantos errores, ser un justo juez? El ser humano es imperfecto, gobernado por sus pasiones y sus deleites. Estos influyen en sus juicios y opiniones, por lo que sus teorías, hasta las que parecen ser las más objetivas, guiadas por sus ambiciones y sus proyecciones hacia una meta que va mas allá de lo que se dice o lo que se parece decir. 
     Solo un ser supremo, superior en todo aspecto, apartado de todo materialismo, trascendente, insobornable y justo puede ser quien gobierne y ante quien debamos brindarle nuestro espíritu de servidumbre. Porque, en verdad, todos tenemos espíritu de servidumbre, y todos nos entregamos a una causa, aunque esa causa no sea siempre sea la mas justa, sirviendo a  "dioses" terrenales (incluso nosotros mismos nos podemos convertir en nuestro propio dios, como queda ejemplificado con la frase "yo lo puedo todo", "si estas conmigo estas con dios", "nada puede vencerme", "solo yo me basto", etc. ) 
      Por todo ello, debemos siempre caminar en el centro de la palabra de Dios, sin salirnos de sus bordes, porque siempre tenemos la esperanza de que el Gran Padre Celestial vea  nuestros esfuerzos por mantenernos fieles en estos tiempos modernos, en que es tan difícil, donde se habla ya de una Babilonia moderna, donde el deseo del cuerpo pretende dominar al espíritu, para tener la esperanza de perdonar nuestras pequeñas y grandes miserias. 
       Un mundo sin Dios es totalmente desastroso. Cada día los países pobres tienen una clase media mayor, es decir, hay mas gente con más dinero, pero hay cada vez más pobreza espiritual. Los padres salen a trabajar y los hijos quedan a la deriva. Nadie vela por ellos, sino que ellos, en algunos casos, velan por si mismos, pero en la mayoría de los casos, y esto es lo mas terrible, la televisión "vela" por ellos. Sabemos que la televisión lo único que pretende es la ganancia, el dinero, y por ello jamás cuidara de los más pequeños, de los más jóvenes. La televisión es un bien material al servicio del enemigo, del mundo, del mal. 
        Debemos aceptar que el mundo siempre estará en contra de Dios, no obedecerá sus leyes, sus normas, sino que se sentirá a la altura de Él y muchas veces sobre Él. Por eso, no  debemos hacernos amigos del mundo, sino rechazarlo porque iríamos en contra de nuestro Dios Todopoderoso. Hay que ser inteligente y buscar nuestro propio bien a la sombra de nuestro Dios, como las raíces del árbol busca la humedad de la fuente de agua. 
         Bendito sea el nombre de Dios y alabado sea para siempre, porque suyo es el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Y que estas palabras lleguen a nuestro Dios a través del nombre de su amado hijo, Jesucristo, nuestro Señor. 


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