En la literatura universal, el tema religioso ha sido un pilar trascendente Ha marcado un sendero por donde han discurrido infinidad de discursos, tanto a favor como en contra de una determinada posición.
De ellos, Dostoievski ha sido uno de los más torturados por su fascinación por Dios. Por eso, trascribimos algunos de los fragmentos encontrados en sus cartas sobre su visión de Dios el Todopoderoso. Alabado sea su nombre.
"Sé que yo, como escritor, tengo muchos defectos, puesto
que soy el primero en estar descontento de mí mismo. Se puede usted
figurar que en ciertos minutos de examen personal constato a menudo con
pena que no he expresado, literalmente, la vigésima parte de lo que habría
querido, y quizá hasta podido expresar. Lo que me salva, es la esperanza
habitual de que un día Dios me enviará tanta fuerza e inspiración, que me
expresaré con más nitidez, en una palabra, que podré exponer todo lo que
encierro en mi corazón y en mi fantasía".
"Te pido que no me creas tan melancólico y
susceptible como estaba en Petersburgo los últimos años. Todo eso ha
pasado por completo. Por otra parte, es Dios quien nos guía".
"Le confieso amistosamente, que teniendo la intención de emprender
desde el año próximo la edición del Diario, he rogado a Dios, de rodillas, a
menudo y largamente, para que me dé un corazón puro, sin pecado, sin
envidias e incapaz de irritarse".
"Constato a menudo con disgusto que no he expresado, literalmente, la
vigésima parte de lo que habría querido y quizá podido expresar. Lo que
me salva, es la esperanza habitual de que un día Dios me enviará tanta
fuerza e inspiración que me expresaré más acabadamente; en una
palabra, podré exponer todo lo que encierro en mi corazón y en mi
fantasía."
"La cuestión principal que perseguiré en todas las partes de este libro es
la misma por la que he sufrido consciente o inconscientemente durante
toda mi vida: la existencia de Dios".
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