9 de noviembre de 2015

Poema: Ser testigo de Jehová





Ser testigo de Jehová
es danzar en las estrellas
esquivando cometas
detenerse en la cima de los vientos 
a sentir la lluvia fresca.
Cuando damos testimonio
nuestros corazones comienzan a vibrar
con el sonido radiante de la palabra
que no cesa de brotar
hasta convertirse en trigo, 
en mar, en canto,
en pupila enamorada,
en unos ojos que se abren
en tiendas de campaña,
en desiertos recorridos,
en desiertos por recorrer.
Es sentirse luz en la tiniebla,
un barco que navega
en medio de la tormenta,
rocío en una hoja que despierta.
Es caminar entre cerros
buscando oídos fértiles,
corazones fecundos,
árboles azules en la vera de los ríos,
esquivando la cizaña sibilante
advertidos del peligro.

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