Una luz en penumbra,
un día más perfecto que otro
un abrazo cotidiano en el alma
una llaga abierta en el mundo
y un bálsamo que cura enseguida.
La lámpara alumbra mis noches
mientras mis versos hablan de Jehová
y el vuelo del cocullo golpea la oscuridad.
No hay redención en la carne caída.
Eso lo sabían los viejos marineros de tierra
que se quedaron prendados en este viaje,
allá en esas tierras lejanas, inmemoriales.
Mis vuelos descubrieron tierras nuevas,
mientras mi esposa tiernamente
sostiene mi cabeza herida
en el fragor de la batalla.
Debo de usar siempre el yelmo, pienso,
pero esta noche solo quiero
descansar mi día pensando en Jehová.
No hay mejor inversión
que vivir para el Reino.
Todo lo demás es un sueño
prendado de una quimera de fuego.
Cierro los ojos y pienso en Jehová,
nada más, nadie más.
12 de agosto de 2018
Poema: Pensando en Jehová
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